Un bajón

Ya hace una semana desde la inseminación. Espera que nos estamos tomando con aparente calma, aunque la verdad es que tanto Fernanda como yo estamos individualmente muy tensas por la espera y "la procesión va por dentro". Fernanda prefiere no compartir este tipo de sentimientos, cosa que respeto, pero se lo veo en sus ojitos, a veces pensativos, a veces tristes, a veces temerosos.

Como está con problemas de estreñimiento, le sugerí que buscáramos algún laxante natural, apto para mujeres embarazadas - para no afectar al bebé en caso de que la inseminación haya sido exitosa. Su respuesta, con esa mirada tan triste que me desarmó, fue: es que creo que no estoy embarazada... Se me partió el alma, no puedo verla triste, quiero tanto que este sueño se le pueda materializar... Si para mí es importante la concreción de este proyecto, para ella lo es aún mas.

Tres inseminacions fallidas en un lapso de cuatro meses es muy fuerte... Fernanda es una luchadora, pero siento que está perdiendo fuerza, fé, esperanzas... Este cuarto intento es vital, pero tampoco definitivo, según le digo, aún nos queda espacio para seguir intentándolo. Pero no sé como reaccionaría a un nuevo negativo...

Aparte del bombardeo de hormonas y otros medicamentos, inyecciones, exámenes, visitas a la ginecóloga para innumerables ecosonogramas, la propia inseminación le resulta muy invasiva a mi tierna amada. Se pone tan tensa que comprime los músculos, haciendo el proceso innecesariamente molesto. Sé que inclusive los ecos transvaginales son para ella un sacrificio, aunque mi angel no se queja.

Varias de ustedes, compañeras de caminos, han pasado por momentos similares - y muchas han logrado cumplir sus sueños.
Estaremos nosotras entre ese grupo? O tanto esfuerzo y desgaste emocional será en vano?